Una cosa sí te digo: Si el corazón te palpita rápido y te sudan las manos con la sola idea de ir al dentista, tal vez te estés preocupando sin necesidad. Hoy en día, con todos los avances en la odontología, tanto los diagnósticos como los tratamientos son mucho más sofisticados, más cómodos y menos dolorosos.
Sin embargo, para sobreponerte a la ansiedad, hay cosas que puedes hacer. Primero, es una buena idea que identifiques cuál es su causa.
- El haber tenido una experiencia dolorosa o incómoda en el pasado. Esto incluye no solamente dolor, sino algunos comentarios inapropiados por parte del dentista. Por esto, puede ser que la apariencia del consultorio, su olor y el sonido de algunas herramientas como la fresa, puedan traerte estos recuerdos y despertar tu ansiedad y miedo.
- El sentir que nada está bajo tu control. Muchas personas no soportan la idea de tener que abrir la boca durante un periodo prolongado y de no poder hablar.
- El dejarte influenciar por las malas experiencias de otros, o inclusive por lo que enseña la televisión en relación a las visitas al dentista.
- El miedo a lo desconocido, incluyendo a cualquier tratamiento o intervención en tu boca y en tus dientes.
- El sentir vergüenza por cómo lucen tus dientes.
- ¿Has pensado que hablar sobre tus miedos puede ayudarte? Cuéntale al dentista que estás nervioso(a) y las razones. De esa manera, el dentista te explicará qué es lo que va a hacer en tus dientes, qué va a hacer para disminuir el dolor y la incomodidad, etc. Muchos de los profesionales de la salud oral agradecen que sus pacientes les comuniquen sus miedos, pues así ellos están más alerta y más pendientes y te ayudarán a que te sientas más tranquilo(a). Si entiendes lo que te va a hacer y por qué, puedes sentir menos ansiedad.
- Si te molesta el ruido de la fresa, pregúntale al dentista si puedes usar tus audífonos para poner música y así bloquear el sonido que te da miedo o te causa la incomodidad.
- Antes de que te hagan algo en los dientes, establece un código con el dentista para que él o ella entienda si sientes dolor, si algo te incomoda o si necesitas un descanso.
- Prueba relajarte con alguna técnica como respirar profundo o pensar en algo agradable.
- Trata de ir al dentista cuando no estés apurado(a) o bajo presión. Antes de ir a trabajar, cuando termines tu trabajo o un sábado. Así no estarás pensando en cosas estresantes mientras te enfrentas ante una situación que ya te causa ansiedad.
- Si no te sientes cómodo con tu dentista, busca uno nuevo. Pregúntale a tus amigos y amigas si tienen alguno que te puedan recomendar. Es muy importante que te sientas a gusto y tengas una relación de confianza.
Hola, acabo de leer este post por una razón..LLevo 5 meses yendo al dentista para una endodoncia y un simple empaste y esto se esta conviertiendo en algo con lo que no esperaba. Me aterra volver, y se que la caries avanzará y dolerá pero no podria describir con palabras el dolor que he sentido las 3 últimas visitas al dentista. Despues de recibir 3 intratroncales y tener media cara completamente dormida, la fresa llegó a la vulva y el dolor fué inimaginable, despues de calmarme durante unos minutos me pusieron una intravulvar que me dolió exactamente igual y ni si quiera se bloqueó el nervio. Ademas el empaste no pueden hacermelo por que la caries esta cerca del nervio y cada vez que meten la fresa me matan. Todo esto con anestesia (lidocaína creo recordar) todo se duerme menos los nervios del molar. En la clinica se limitan a poner caras raras y ha recetarme ansioliticos para tomar antes de volver, por supuesto no lo voy tomar.. Empiezo a pensar en la incompetencia de la clinica o existe alguna otra razón para mi problema? Gracias
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